A la variedad de frutas que nos brinda el verano, que es una de las cosas que más disfruto de él, debo agregar la pasión que siento por ver como ingredientes se transforman en la cocina!!! y de poco llegamos a mucho. Este postre que reemplaza perfectamente a los helados, además de su suave y fresco sabor... es un placer para la vista en estos días de calor.
Gelatina en polvo sin sabor: 21 gramos (3 sobrecitos de 7 gramos cada uno)
Agua fría: ½ taza
Leche hervida: 500 cc
Azúcar molida: 300 gramos
Duraznos en almíbar (melocotón): 250 cc (tamizada la pulpa con el almíbar)
Esencia de vainilla: 1 cucharadita
Crema de leche batida algo espesa (nata): 250 gramos
Frutas frescas a gusto; hojitas de menta, etc. para decorar
Nota: la crema de leche puede reemplazarse por yogur entero o descremado, si bien no resulta exactamente igual, puede resultar una aceptable solución en caso de una dieta que no permita crema de leche.
Poner en una cacerolita la gelatina con el agua fría, mezclar y colocar el recipiente sobre fuego bajo, revolviendo hasta disolver la gelatina, sin llegar a que hierba para que no se malogre. Retirar del calor, mezclar el azúcar, la leche caliente, revolver de a ratos hasta casi enfriar.
Agregarle, ya en un bol aparte la esencia de vainilla, la pulpa tamizada, luego la crema de leche batida algo espesa, bien mezclado todo, colocarlo en un molde a gusto, enjuagado con agua fría, sin secar para facilitar su desmoldado.
Llevar la preparación a la heladera, NO CONGELAR se arruinaría, hasta que esté bien firme. Para desmoldarlo sobre un plato apropiado pasar rápidamente el molde por agua caliente, apoyar el plato invertido sobre el molde y dar vuelta todo a la vez, quedando el postre en el centro del plato. Llevarlo nuevamente a la heladera hasta servirlo, rodeado y decorado con frutas frescas a gusto que además servirán para acompañar y hojitas de menta si hay posibilidad.
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