La contaminación en la cocina

En la cocina es muy frecuente que un alimento crudo contamine uno cocido, el cual se origina por un mal manejo desde su obtención, almacenamiento, elaboración, transporte y servicio. Este tipo de contaminación se llama “contaminación cruzada” te propongo un poquito de información y algunas ideas para poder evitarla en la cocina de nuestra casa:

Contaminación cruzada

La contaminación cruzada se produce cuando microorganismos patógenos (dañinos), generalmente bacterias, son transferidos por medio de alimentos crudos, manos, equipo, utensilios a los alimentos sanos ya sea crudos o cocidos.
Esta contaminación nos pone en peligro de contraer enfermedades por ingerir bacterias como Salmonella, Escherichia coli, etc.

¿Dónde pueden estar estas bacterias? En muchos lugares, pero principalmente en las carnes crudas, en la cáscara de los huevos crudos, en vegetales crudos sin lavar, en el piso, en los contenedores de residuos, en nuestras manos si tocamos algo contaminado, latas oxidadas etc.

La Contaminación Cruzada Directa

Ocurre cuando un alimento contaminado entra en"Contacto Directo" con uno que no lo está.
*Cuando se mezclan alimentos cocidos con crudos en platos que no requieren posterior cocción como ser en ensaladas, platos fríos, tortas con crema, postres, etc.
*Cuando hay una mala ubicación de los alimentos en la heladera.
*Los alimentos listos para comer toman contacto con los alimentos crudos y se contaminan.

Cruzada Indirecta

Es la producida por la transferencia de contaminantes de un alimento a otro a través de las manos, utensilios, equipos, mesadas, tablas de cortar, etc.
Por ejemplo, si con un cuchillo se corta un pollo crudo y con ese mismo cuchillo mal higienizado, se troza un pollo cocido, los microorganismos que estaban en el pollo crudo, pasarán al pollo cocido y lo contaminarán.
Generalmente ocurre también por el uso de utensilios sucios como también por una mala higiene personal de quien manipula o vende los alimentos.

Para prevenir la contaminación se recomienda:

*No cortar carne cocida en la misma tabla, sin lavar, que se usó para cortar carne cruda.
*No cortar vegetales que se van a consumir crudos con el mismo cuchillo, sin lavar, que se usó para cortar carne cruda.
*No almacenar carnes cocidas, lácteos, vegetales, tortas o postres, debajo de carnes crudas en la heladera.
*Lávate muy bien las manos después de ir al baño, después de manipular cualquier tipo de carne cruda o vegetales sin lavar y desinfectar y antes de tocar alimentos que estén listos para ser ingeridos.
*Evita usar tablas de madera para picar. Opta por otros materiales como plástico y lávate muy bien y desinféctalas con cloro después de cada uso.
*Usa trapos de cocina distintos, uno para secar y otro para limpiar. El que es para limpiar mantenerlo en una solución desinfectante hecha con agua y cloro o yodo (agregar una cucharada de cloro de uso doméstico ( 6%) por cada litro de agua ).
*Lava y desinfecta todos los utensilios, trapos, y superficies que entren en contacto con los alimentos crudos y sobre todo si van a estar en contacto con aquellos que estén listos para comer
*Cuando almacenes carne cruda y vegetales sin desinfectar, hazlo en los compartimentos inferiores y NUNCA sobre los alimentos listos para comerse. Mantén la comida en recipientes o bolsa de plástico bien cerrados.

Consejos sobre tablas

Lo ideal es tener tablas de corte de distintos colores para identificar cuál de ellas se debe utilizar para cada producto:
Rojo: carnes crudas
Verde: vegetales
Blanca: lácteos y quesos
Celeste: pescados crudos
Pero si tenemos una sola tabla, lavarla con agua muy caliente y jabón entre uso, para más seguridad rociarla con alcohol. No utilizar tablas, palotes y utensilios de madera, que estén muy gastados y tengan grietas. 

Las comidas más ricas no son necesariamente las que se elaboran con los ingredientes más caros. Un plato sencillo puede ser un manjar exquisito si la comemos rodeados del amor de nuestros familiares o la compañía de amigos.

Hay que cocinar con amor y cariño. Todos recordamos seguramente las comidas de nuestras abuelas y madres cuando éramos pequeños. El amor que ponían en sus recetas caseras nos alimentaba tanto como las vitaminas que tenían los alimentos.


Se producen notables diferencia entre los platos elaborados con paciencia, sin mirar el reloj, y aquellos que se preparan para salir del paso. Volver de vez en cuando a los modos tradicionales de cocinar relaja el espíritu y contribuye a realizar platos más sabrosos.
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