La Rosca de Reyes es una tradición familiar, que cuenta con diversas versiones e interpretaciones sobre su origen, el que varía según el país o región donde se la prepare. Sin embargo, la historia más difundida habla de una costumbre que se originó en Francia, durante la Edad Media.
Se cree que fue en ese país donde las familias comenzaron a compartir, en vísperas del Día de Reyes, un delicioso pan dulce en forma de rosca, adornado con azúcar, frutas secas y abrillantadas. Dentro de la rosca se escondían un haba (leguminosa comestible). El afortunado de la noche era aquel que recibía el trozo de la rosca portadora del "tesoro".
Otras versiones cuentan que en la antigua Roma se cocinaban pasteles con forma de bollo, que eran ofrecidos al Dios Jano, de cuyo nombre deriva la palabra que designa el primer mes del año (por ejemplo January en inglés, Janeiro en portugués ó Enero en español). Posteriormente, esta costumbre se fusionó con el relato bíblico del nacimiento de Jesús y se extendió por toda Europa
En América también se heredó esta costumbre pero la más curiosa acerca de este sabroso y dulce pan es la que se mantiene aún hoy en México. Este pueblo esconde dentro de de la preparación un muñequito que puede ser de plástico u otros materiales y al repartir las porciones de rosca quien reciba la porción que contiene el “tesoro” deberá ser el anfitrión de la próxima celebración.
La imágen no pertenece a Aromas de Mamá, la tomé prestada, debido a que todavía no he realizado para esta fecha la receta.
Ingredientes: Para 1 rosca grande ó 2 pequeñas (tener en cuenta para la placa que se va a usar para llevar al horno, ya que durante la cocción crece bastante)
Fermento:
Huevos: 2
Levadura: 35 grs
Azúcar: 1 cdita
Harina 000: 200 grs
Masa:Azúcar: 75 grs
Huevos: 2
Esencia de vainilla: 1 cda
Ralladura de limón: 1 cda
Ralladura de naranja: 1 cda
Extracto de malta: 1 cdita
Manteca: 100 grs
Harina 000: 300 grs
Sal: 1 cdita
Decoración:
Crema pastelera (ver etiquetas “recetas auxiliares”)
Cerezas al marraschino o de gelatina: a gusto
Higos secos confitados: a gusto
Azúcar grana: a gusto
Mermelada reducida o almíbar fuerte: cantidad necesaria: (ver etiquetas “recetas auxiliares”)
Preparación:
Para el fermento: Batir con batidora eléctrica o batidor de alambre los huevos con la levadura, agregar el azúcar y la harina, formar un bollo y dejarlo leudar tapado.
Incorporar el azúcar para la masa, los huevos, la esencia de vainilla, las ralladuras el extracto de malta y la manteca muy blanda.
Por último agregar la harina cernida con la sal, formar un bollo, amasarlo y colocarlo sobre la mesa, cubrirlo con un polietileno y dejar descansar por 30’. Con ayuda de los dedos, realizar un hueco en el centro e ir agrandándolo hasta formar una rosca.
Colocarla en una placa enmantecada, cubrirla y dejarla levar. Una vez duplicado su volumen, decorar con crema pastelera puesta en manga con boquilla rizada, decorar con cerezas e higos cortados.
Pincelar con huevo batido la parte que no fue cubierta con la crema pastelera y espolvorear con azúcar grana.
Hornear a 180º C durante 30’. Al retirar del horno, pincelar con mermelada reducida o almíbar fuerte.
Se cree que fue en ese país donde las familias comenzaron a compartir, en vísperas del Día de Reyes, un delicioso pan dulce en forma de rosca, adornado con azúcar, frutas secas y abrillantadas. Dentro de la rosca se escondían un haba (leguminosa comestible). El afortunado de la noche era aquel que recibía el trozo de la rosca portadora del "tesoro".
Otras versiones cuentan que en la antigua Roma se cocinaban pasteles con forma de bollo, que eran ofrecidos al Dios Jano, de cuyo nombre deriva la palabra que designa el primer mes del año (por ejemplo January en inglés, Janeiro en portugués ó Enero en español). Posteriormente, esta costumbre se fusionó con el relato bíblico del nacimiento de Jesús y se extendió por toda Europa
En América también se heredó esta costumbre pero la más curiosa acerca de este sabroso y dulce pan es la que se mantiene aún hoy en México. Este pueblo esconde dentro de de la preparación un muñequito que puede ser de plástico u otros materiales y al repartir las porciones de rosca quien reciba la porción que contiene el “tesoro” deberá ser el anfitrión de la próxima celebración.
La imágen no pertenece a Aromas de Mamá, la tomé prestada, debido a que todavía no he realizado para esta fecha la receta.
Ingredientes: Para 1 rosca grande ó 2 pequeñas (tener en cuenta para la placa que se va a usar para llevar al horno, ya que durante la cocción crece bastante)
Fermento:
Huevos: 2
Levadura: 35 grs
Azúcar: 1 cdita
Harina 000: 200 grs
Masa:Azúcar: 75 grs
Huevos: 2
Esencia de vainilla: 1 cda
Ralladura de limón: 1 cda
Ralladura de naranja: 1 cda
Extracto de malta: 1 cdita
Manteca: 100 grs
Harina 000: 300 grs
Sal: 1 cdita
Decoración:
Crema pastelera (ver etiquetas “recetas auxiliares”)
Cerezas al marraschino o de gelatina: a gusto
Higos secos confitados: a gusto
Azúcar grana: a gusto
Mermelada reducida o almíbar fuerte: cantidad necesaria: (ver etiquetas “recetas auxiliares”)
Preparación:
Para el fermento: Batir con batidora eléctrica o batidor de alambre los huevos con la levadura, agregar el azúcar y la harina, formar un bollo y dejarlo leudar tapado.
Incorporar el azúcar para la masa, los huevos, la esencia de vainilla, las ralladuras el extracto de malta y la manteca muy blanda.
Por último agregar la harina cernida con la sal, formar un bollo, amasarlo y colocarlo sobre la mesa, cubrirlo con un polietileno y dejar descansar por 30’. Con ayuda de los dedos, realizar un hueco en el centro e ir agrandándolo hasta formar una rosca.
Colocarla en una placa enmantecada, cubrirla y dejarla levar. Una vez duplicado su volumen, decorar con crema pastelera puesta en manga con boquilla rizada, decorar con cerezas e higos cortados.
Pincelar con huevo batido la parte que no fue cubierta con la crema pastelera y espolvorear con azúcar grana.
Hornear a 180º C durante 30’. Al retirar del horno, pincelar con mermelada reducida o almíbar fuerte.
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